Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará

Julio Cortázar

lunes, 26 de octubre de 2009

En luto v.437

Te quería enviar un mensaje al celular, para decirte cómo odio el cambio de horario y lo triste que es ver este atardecer nublado, donde es imposible despedirse el sol y sólo alcanzamos a percibir que las cosas están cada vez más incoloras, como si estuviéramos sedados.
Todo esto te quería decir, además de que, claro, me pone aún más triste vivir esto sin ti. Pero olvidé que no tenía saldo en el celular. La vida a veces simplemente complotea para que a uno no le salga lo cursi, para mantenerse prudente y en la línea de la cordura, esa línea zigzagueante que baila en el tiempo y el espacio.

En vez de eso, entonces, me quedé sentada a la orilla de la cama, viendo cómo la ventana succionaba el color de los posters en mi habitación, viendo las pastas de los libros ponerse negras y grisáceas, poco apetecibles. Solucioné que ingresaba a una espiral de la que alcancé a vislumbrar sería muy difícil de salir. La melancolía es tan coqueta, y cuando estoy melancólica soy tan débil.

Resolví encender la computadora para perderme en la red y sentirme menos sola. No encontré nada tuyo en la bandeja de entrada de mi correo. Ya tendría que haberme acostumbrado, pero la verdad es que siempre inicio sesión con temor, como asomada discretamente a la esquina de una calle donde sé que me pueden matar. Pero al final termino por descubrir el pecho y tu ausencia me lanza un tiro desde la ventana más alta del edificio más estratégico: la nada.

Ahora estoy escuchando música. No te voy a engañar, no he cambiado desde que te fuiste. No he mejorado ni he salido más con mis amigos, ni he renovado mis gustos musicales o cinematográficos o literarios. Sigo leyendo a los europeos del siglo XX, me encanta ponerle sal a la herida con música de Russian Red, y paso horas tirada sobre mi cama metida en mi pijama, sin hacer nada, tal como detestabas verme. No wonder you left.

viernes, 19 de junio de 2009

Mario ridículamente difícil de pasar

Soñé que estabas con un amigo tuyo en un cuarto distinto al mío. Yo estaba jugando y descubrí un Mario ridículamente difícil de pasar. Me emocioné tanto por compartírtelo que me fui corriendo a tu cuarto.

Lo ví besarte los pies con los ojos cerrados. Estabas profundamente dormida, en un éxtasis que parecía haberte dejado desmayada. Cuando llegué no me había dado cuenta de lo que pasaba, media frase ya se había salido de mi boca: ¿Ya jugaste Mario, ese que es ridículamente di...fícil?

Te preguntaba a ti, pero tu amigo con la ropa mal puesta y tartamudeando algo que no era para él me contestó: -Nnnno, no no lo hhhe jugggado.

martes, 28 de abril de 2009

Foto que hace justicia

Soy estudiante de Derecho porque siempre quise hacer justicia. Visto con decencia: Traje obscuro y corbata color tinto. Bien rasurado pero dejo una ligera capa verde que me hace ver más varonil.

Tengo 22 años. Llevo el cabello corto así que casi no uso gel y siempre me queda un gallo o dos.

Mi aspecto es de alguien bonachón. Mis ojos son verdes pero de lejos se ven de color miel.

Mis orejas son grandes pero pegadas, difícilmente podrían apodarme el orejón. Las tapa un poco mi cabello.

Mi nariz es más respingada que redonda, en definitiva no es chata, tengo una nariz normal.

Cuando sonrío se me marcan grandes paréntesis a los extremos de los labios.

Mi ceja es gruesa pero no demasiado poblada.

Mi cara delata que no muero de hambre, si estoy llenito pero no soy un obeso.

Mi frente es lisa, mi quijada abundante pero no estimula a un buen puñetazo, la parte inferior tiende a afilarse suavemente.

miércoles, 22 de abril de 2009

Mi historia re-escrita

Fue hace rato, estábamos jugando escondidas y yo me había puesto al lado de la niña que me gustaba a propósito. Nos escondimos pegaditos y alcanzaba a escuchar su respiración. Su "¡yes!" me tenía loco. Eso y que era güerita. Aparte como nunca la veía porque era prima del vecino, cuando la volvía a ver me emocionaba un montón.

Se acabó el juego porque Joel se escondió al otro lado de la cuadra y lo arruinó todo, nadie lo encontró hasta después de una hora cuando regresó con una paleta BlueBunny de las de carrito que te manchan la boca de rojo. 

Como todos se metieron ya a sus casas y no nos habían hablado para que hiciéramos lo mismo, mi hermano y yo no sabíamos qué hacer. No nos gustaban tanto los tazos y desde que el otro primo del vecino me ganó un puñote que no me cabía en la mano de un sólo tiro, dejé de comprar para coleccionarlos todos. 

Estaba el baldío y en la banqueta el árbol sobre el cual los amigos del hermano de mi vecino, (hoy ya grandes) alguna vez construyeron lo que parecía una casa. 

Estaba súper peligroso subirnos pero logramos restaurar los escalones y nada más.

Bajamos un poquito y vimos cómo ese gran árbol había dejado caer ya bastantes hojas en forma de varitas delgadas. Iván sacó unos cerillos e inmediatamente nos volvimos locos.

Juntamos un puño de varitas hasta que se hizo un cerro y comenzamos a prenderlas. El aire apagaba nuestra travesura una y otra vez.

Entonces decidimos juntar más y más hojas secas en forma de varita y las pusimos debajo de un carro enorme. El dueño del carro era enorme también. Justo empezamos a hacer la fogatita cuando salió y nos gritó: ¡Apaguen eso!

Asustados porque ni siquiera nos habíamos dado cuenta de la magnitud de lo que estábamos haciendo lo apagamos y nos fuimos corriendo.

Desde ese día le apodamos el Rascahuele, Era como si hubiese tenido un detector de olores y se parecía a un tipo que salía en uno de los tazos que me quedaban.

lunes, 20 de abril de 2009

Mi objeto es un corcho

Fue de una botella de vino tinto porque aún huele fuerte y porque rara vez compro botellas que no sean de tinto.

La tapa superior está un poco manchada, pero a simple vista se ve igual que el resto del corcho. Dicha tapa es lisa y le quedó marcado el plástico protector con el que sellan la botella, dos letras son legibles.

Arrojarlo a alguien no sería una gran agresión, dejarlo caer sobre un pie desnudo haría cosquillas secas.

Pesa no más que una corcholata, aunque supongo que si dejara caer una corcholata y mi corcho al mismo tiempo, caería primero la corcholata debido a la fricción del aire. Cuando le doy un latigazo con el dedo chocando mi uña contra él, suena a hueco. Cuando le paso mis dedos rozándolo el sonido es bastante áspero, como de piel sin humectar.

Tiene una perforación casi justo en el centro que no hace un círculo, sino que más bien forma una grieta, una pequeña destrucción. A partir de la misma hacia la orilla se dibuja una onda senoidal profunda que sube y baja sólo una vez.

Tiene impresas las palabras Vini Tipici enmarcadas en un rectángulo que abarca la mayor parte de la superficie. Fuera de él, perpendicularmente, una pequeña letra A es encerrada en un triángulo isósceles, dicho triángulo está encerrado a su vez en una elipse. A su lado derecho está inscrito el código 12-8.

Esta impresión color café deslavado no se ve sino hasta que es destapado el vino y apunta en dirección al piso. Es decir, al destapar la botella y retirar el destapa corchos, se puede leer con el corcho aún ensartado en el artefacto como si se tratara de una pequeña espada.

Es corcho real, de madera, no como los de plástico que recientemente sacan. El color de mi corcho es color corcho, con texturas vidriosas y exquisitamente aleatorias.

Se ve que hubo un forcejeo intenso al sacarlo de la botella porque en su parte media existen fracturas. Un poco más y hubiera quedado la mitad de él dentro de la botella.

Por más fuerza que hago se comprime muy poco e inmediatamente vuelve a su volumen natural. No alcanzo a ver si se comprime, pero se siente con los dedos.

En la parte de abajo hay un círculo que es notablemente más ancho. En general, mi corcho es cilíndrico pero no perfecto.

domingo, 19 de abril de 2009

Vapor

Me encontraba en un lugar que parecía ser la cafetería del 4to piso de mi escuela.
Éramos pocas las personas que éstabamos ahí y no me importó averiguar quiénes eran; sentía el mar azul más cerca de lo que en realidad está, mientras veía las nubes rosas y azuladas que el atardecer de ese día me regalaba. Sobre el mar flotaba un barco de vapor de 3 pisos como los que paseaban por el río Mississippi en los 1800's, será que siempre he querido subirme a uno...
Nadie lo admiraba mas que yo y entre más se acercaba, más deseaba poder brincar por la ventana y subirme al barco.
Sólo lo pensé y cuando me di cuenta, ya estaba soñando otra cosa y la cafetería, como el vapor que emanaba el barco, desapareció de mi vista.

¿Pero porqué?

No entendía porqué, de repente él llegó sin su particular corte de cabello. Bueno, conservaba la mitad de su cabellera, o sea, la mitad superior; el resto de su melena estaba ahora sustituida por un cuero cabelludo rapado y blancuzco por la falta de asoleamiento.

La repulsión llegó a mis ojos tan pronto como se presentó con su sonrisa rancia y su mirada de "nomedejesaunquemeveahorrendo", provocándome lástima y conmoción. No iba a dejarlo, pero me rehusaría a salir con él mientras esto durara.

Al fin y al cabo "el cabello crece" o "todo fuera como el cabello", palabras de consolación que aprendes a usar mientras estudias estilismo.

Me desperté advirtiendo la naturaleza de la anécdota y una sonrisita maliciosa se dibujó en mi cara, mientras mi mente salía del sueño para aliviarse con la realidad de la vigilia.




Entonces mi celular empezó a sonar y yo pensé "radares y micrófonos"...

A su juicio

Sueño mucho, pero despierto. De unos meses para acá he soñado poco, casi nada. Pero gracias a una idea que tuve de poner un cuaderno y pluma en mi cabecera para registrar mis sueños justo al momento de despertarme, me salvaron de fallar en la entrega de éste ejercicio.

Sin más, los dejo con este sueño, del 2 de enero de 2009. Tal y la forma en que lo escribí.

Soñé que estaba dentro de una comedia de situación híbrida entre "Everybody loves Raymond" y los tres chiflados. Hubo un momento en el que había que dar pie a que entraran varios personajes bastante peculiares.

Se trataba de tres monos de esos de ventrílocu que en la parte de atrás de sus cabezas tenían grandes defectos de nacimiento.

Luego, cada uno se preguntaba cosas bastante estúpidas, como cuál era el millonario de europa.

Había una vitrina donde guardaban latas importadas de cerveza y también vasos servidos con cerveza pero dentro de la vitrina.

Y no recuerdo más.

Y quiero ver a _ _ _ ( ;) )

Amarillo

Seguridad como un mito.
El sol se viste de amarillo.
Cada rayo del sol también, son sus mangas de ese color.
No es naranja el sol, es amarillo.

La madera que más me gusta es más bien amarilla.
No sé si la pintaron de amarillo o el árbol se vistió de ese color, pero es la que más me gusta por cómoda.

La pulsera que compré es más bien amarilla. Unos dirán que es café con amarillo pero yo la veo amarilla como la madera que más me gusta.

El cerrojo de la puerta es amarillo porque si fuera dorado sería difícil darle la vuelta para abrir. La perilla es dorada.
No hay muchos libros amarillos que llamen la atención, no pasa así con los libros cuando se visten de fosforescente.

El amarillo de un buen impermeable es básico si se quiere lucir fashion en algo tan amplio.

Las botitas amarillas que hacen juego con el impermeable no creo ponérmelas nunca.

La luz que me ilumina es amarilla feliz, no me pone enfermo o pálido.

No puedo dejar de pensar en los simpsons aunque realmente no me gustan tanto. Creo que tal vez si me gustan ahora que escribo sobre cosas amarillas.

Elegí el amarillo porque junto con el blanco es mi color favorito aunque no tenga mucha ropa así. Una vez fui feliz porque me dijeron que lo amarillo se me veía bien.

Desde entonces uso más esa única playera. Que no deja de ser amarilla.

Los chinos, aunque amarillos, no me caen mal.

El racismo es amarillo y los periódicos.

A Corín Tellado no le importaba el amarillo.

Los dientes. Luego de que fui a que me los blanqueran se rehusan a permanecer así. El amarillo acompañana bien al vino tinto y a los cigarros.

Amar Illo.

Martillo amarillo, como de casa de juguete, para inflarlo y hacer ruidos chistosos.

La arena del río más hermoso al que he ido adivinen qué, no era amarilla.

Me gusta hacer más listas que escribir del amarillo.

Amarillo, amarillo, ¿estás ahí?

¡Amaríllo! regañando a un perro invisible me doy cuenta de que no es un buen nombre para una mascota.

Me pregunto qué tan común es el amarillo para escribir acerca de él. No mucho supongo.

Vainilla en frasco que no es amarillo sino negrito y nunca se echa a perder.

viernes, 17 de abril de 2009

Oxigeno

Estamos en una casa grande, es hospital y hotel al mismo tiempo, el lobby tiene una enfermera y un host. Ahi encuentro mucha gente conocida.
De un momento a otro, mi hermana comienza a tener problemas para respirar, como si fuera un ataque de asma, se acuesta en el suelo y cada vez jadea mas y mas. Yo entro en pánico total, estoy a punto de hacerle una traqueotomía pero una señora me detiene alegando que ya viene el medico que la va atender.
Salgo del lugar y en la casa de a lado hay un monton de danzantes prehispánicos. Entre la multitud encuento a mi amiga Linda, que es danzante, y a mi amiga Mayela. Me saludan y les digo "Alejandra se esta muriendo y no llega el doctor". Las dos se quedan asombradas y yo salgo del lugar.
Voy con Ale para ver como sigue y el color de su piel esta entre verde y azul. Le digo a mis papás "se esta poniendo verde" y ellos me dicen que me calme, que todo va a salir bien. Yo me pongo a llorar.
Camino de un lugar a otro sin hacer nada más que llorar por la desesperación.
A fin de cuentas llega el fregado doctor en un beetle rojo, es muy joven y pienso "como se parece a Tryno Maldonado". El doctor ayuda a mi hermana, se recupera y empieza a caminar como si nada hubiera pasado.
Salgo a la plaza y veo que estamos en el pueblo de Villajuarez en Puebla. Hay mucha gente en la plaza vendiendo artesanias. No se como, empieza a llover fuego y cae en un árbol que rápidamente se incendia. La gente empieza a gritar y yo entro al hotel/hospital y donde dice "extintor" no hay nada. Corro a la otra esquina y ahi veo un extintor montado en un diablito. Las fuerzas salen de la nada y me voy corriendo mientras empujo el diablito. Mi papá me ayuda a apagar el fuego que esta muy bravo pero al final lo logramos.

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