Verde

Tranquilidad, esperanza, amor (por absurdo que parezca), tu color favorito, primaver (me gusta más el otoño), tus vestidos.

Ni de lejos mi color favorito, pero me parece mucho más evocador.

El por qué es sencillo, me recuerda el día en que te conocí. Vestias de verde, como también vestías de verde aquel lejano día de principios de septiembre.

Es fácil recordar mementos específicos por el color de tus vestiduras, es tan sencillo recordar y evocar lo que pasaba por nuestars mentes en esos días que pasábamos juntos. Es fácil recordar el verde de los lugares en que nos hemos recostado a hablar o a ver el cielo... el día en que vimos dos arcoíris en el mismo cielo, recuerdas que nos decimos aún ahora que nadie nos va a creer nunca.

Verde son tus sábanas, las fundas de tus almohadas cuando vivías en el centro. Recuerdo también el camino desde la cercanía de aquella oficina donde reina el naranja y no el verde, hasta la escalera que llevába a la puerta sin un vidrio donde se escondía el verde más bello que jamás hemos tocado.

A final de cuentas el verde me recuerda a tí, mucho tiempo depúes, sólo me acuerdo de ti en verde. Los momentos en verde, trato de recordar algunas otras cosas y nada se viene a la mente, tal vez sea por eso que terminé escogiendo este color sobre el gris, el negro o el azul. A final de cuentas le voy a los pumas y sus colores son azul y oro, aunque ahora que observo a mi alrededor toda mi casa está pintada de verde, dos tonos diferentes de verde. Quizá sea por eso que me siento tan tranquilo aqui dentro, refugiado. Como en el pequeñisimo recibidor que está junto al piano. Es hasta ahora que recapacito y miro a mi alrededor... y yo que me preciaba de ser observador...

El verde siempre ha estado ahí. Esperando a ser descubierto y yo ni lo volteaba a ver.

Todo por hoy.